Per fer-ho, agafo el llibre de Roland Barthes, La cámara lúcida, i n'extrec uns quants fragments que m'ajuden a crear un suport per estudiar aquesta connexió que busco. I cito així les seves paraules:
La fotografía dice "lo que ha sido"; abre la via de la certidumbre, no inventa nada. És, pues la autentificación de si misma.Jamás podrá mentir sobre si misma, sobre su existéncia.
Impotente sobre ideas generales, toda foto es un certificado de presencia: Nuevo gen introducido en la família de las imagenes. Niépce, ante la mesa puesta, debió tener la sensación de parecerse muchísimo a las pinturas. Aún así, sabia que su conciencia situaba al objeto encontrado fuera de toda analogía. No se trata de una imagen ni de algo real, se trata de algo autenticamente nuevo, algo real que ya no se puede tocar.
La fotografía, por primera vez, hace cesar la resistencia del hombre a creer en el pasado. Hace que el pasado sea tan seguro como el presente. La fotografía divide la historia del mundo.
Sociólogos y semiólogos, comentaristas actuales de fotografía, tienden a la relatividad semántica: nada de real, tan solo artificio. La fotografía no es un analogon del mundo para ellos: lo que representa está fabricado puesto que la óptica fotografica se encuentra sometida a la perspectiva albertiniana. Sin embargo, Barthes tiene una visión completamente opuesta. Para él, el noema de la fotografia no reside en la analogía. Y, la fotografia es una emanación de lo real en el pasado ( una magia , no un arte).
La foto, pues, posee según Barthes, una fuerza constativa y lo constativo ataña no al objeto sino al tiempo.En definitiva, el poder de autentificación prima sobre el de representación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario